Tengo una tía…bueno, ya falleció…en Idaho que también…de lado de mi papá…que padeció de eso. ¿Cuales han sido algunos desafíos o retos de la vida que ha superado?
De los retos de la vida…Yo, por ejemplo, cuando estaba más joven, superé lo del divorcio. Pero yo estaba al punto de eso porque tomaba mucho, y yo dije “No, pues, ya no es vida. ¡Que ejemplo para mis hijas!” Pero lo superé gracias al evangelio que me ha ayudado muchísimo. Por eso yo digo que yo, cuando predico el evangelio digo, “Acepten el evangelio y la iglesia de Jesucristo, y su vida va a cambiar. Y cualquier aflicción que tengan, cualquier prueba, la van a superar, con la ayuda del Señor,” le digo. Porque solos no podemos con los problemas en la vida. No podemos.
Y yo estuve en un problemita en la iglesia también y me quise retirar. Por una hermana me quise retirar. Cuando uno está empezando a conocer el evangelio, no sabe uno unas cosas. Yo vine porque tengo una necesidad de conocer a mi padre celestial. “Quiero servirle, pero me tienen que ayudar. ¿Cómo es posible que me tratan así?” Entonces yo dije, “Yo me voy, ¿por qué me voy condenar más?” Entonces estuve como tres días, pero me sentía yo rara en la casa el domingo. Me sentía rara. Y me dijo, “¿no regresas?” Y le digo, “No.” Y me dice de nuevo Marco “¿Por qué insistes a ponerlo a primer grado? Fue un error?” “No,” “Pues, entonces, adelante.” Y desde allí yo estoy firme en la iglesia sirviéndole a mi Padre Celestial. Estoy muy triste ahorita porque ya tengo muchos mese que no puedo ir al templo por la enfermedad de mi esposo.