Maestra de religión de jóvenes

Soy maestra de clases de seminario o de religión. Cuando empezó la pandemia decidí no tener clases por un tiempo, pero en septiembre se me pidió que nuevamente de clases, lo medité mucho, así que acepté y lo hice, al principio era frustrante la comunicación por zoom con los alumnos, no encienden cámara y no sabía como enseñar de Jesucristo cuando en mi corazón sentía que no me escuchaban, así que me preguntaba y si estuvieran de forma presencial, que haría? entonces mi perspectiva cambió, comencé a orar por cada uno de mis jóvenes a escribirles a sus teléfonos con el mismo amor como si los tuviera en persona, me tomo minutos antes de la clase para conversar con ellos, y trato de comprenderlos mejor, sí la pandemia cambió todo, pero ahora ya que no los puedo ver personalmente trato de escribir más y comunicarme mas con ellos por sus teléfonos, mi fe ha aumentado por que he visto el cambio en ellos cuando testifican más de Jesucristo en las clases. Y puedo decir que no solo el virus influyó en mis clases sino también en mi hogar, nos hemos unido más y al tener conexión con los demás por teléfono hemos podido servir mejor.